Ecuatoriano narra matanza que dejó 72 víctimas en México

Las 72 víctimas de una matanza descubierta ayer en un rancho del norte de México eran inmigrantes centroamericanos y sudamericanos, secuestrados por un grupo que les exigía dinero, según declaraciones de un sobreviviente ecuatoriano, citado por un diario local.

La revelación fue hecha en su declaración ministerial por el ecuatoriano Luis Freddy Lala Pomavilla, que sobrevivió con lesiones de bala y dio la alerta a la infantería de Marina, indicó el diario «Reforma» en su edición digital, después de tener acceso al testimonio.

No hubo por el momento una confirmación oficial. La Marina encontró el martes los cuerpos sin vida de 58 hombres y 14 mujeres en un rancho de la localidad de San Fernando, en el nororiental estado de Tamaulipas.

En ese estado, fronterizo con Estados Unidos, operan principalmente el cártel del Golfo y el grupo de Los Zetas, que es su antiguo brazo armado.

Los Zetas son una violenta organización que, además de dedicarse al narcotráfico, realizan secuestros, extorsiones y robo de combustibles, entre otros delitos.

En los últimos años han estado detrás de numerosos secuestros de inmigrantes, lo que ha convertido a México en un territorio peligroso para los cientos de miles de indocumentados, la mayoría centroamericanos, que tratan de llegar a Estados Unidos.

Las autoridades mexicanas no informaron de manera oficial quiénes eran las víctimas. En un comunicado, la Secretaría de la Marina señaló que los cuerpos se descubrieron después de que un herido llegó a pedir ayuda a un puesto de control carretero y denunció haber sido atacado en un rancho cercano.

Según «Reforma», el sobreviviente es el ecuatoriano, que al ser entrevistado por agentes ministeriales en el hospital donde es atendido relató que formaba parte de un grupo de unas 75 personas que había ingresado a México por Chiapas con la intención de llegar a Estados Unidos.

En su testimonio, afirmó que un comando trató de extorsionarlos y, como se resistieron, les empezaron a disparar. A él lo creyeron muerto y pudo escapar para pedir auxilio. Según su relato, en el rancho escuchó «gritos, súplicas y disparos».

Las autoridades indicaron que, después de recibir la denuncia en el puesto carretero, personal de infantería acudió a la zona, con apoyo de helicópteros.

Los presuntos delincuentes que estaban en el rancho abrieron fuego, por lo que se suscitó un tiroteo, en el que murieron un efectivo militar y tres presuntos delincuentes. Un menor de edad fue detenido y el herido quedó bajo resguardo federal.

La marina confiscó en el rancho 21 armas largas, 101 cargadores para armas de fuego, más de 6 600 cartuchos, cuatro chalecos antibala, uniformes camuflados y cuatro camionetas, entre otros.

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